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15 mayo, 2024
Salir de la ciudad siempre es una buena idea, especialmente cuando tienes un grupo de amigos listos para la aventura. Así comenzó nuestro fin de semana, cinco amigos con ganas de escapar del bullicio de Bogotá. El plan: un viaje corto a Zipacón, Cundinamarca, para disfrutar de un fin de semana de descanso en la cabaña de Hacienda Nebraska.
Viernes por la tarde: Rumbo a la tranquilidad
Terminamos de trabajar, empacamos nuestras maletas y emprendimos el viaje desde Bogotá. El trayecto fue fácil y relajado, con apenas una hora y media de camino en auto. Llegar a Zipacón es como cruzar un portal hacia otro mundo: un lugar lleno de verde, aire puro y tranquilidad. Al llegar a Hacienda Nebraska, el paisaje nos recibió con su belleza natural. La cabaña, acogedora y perfectamente ubicada, se convirtió en nuestro hogar para el fin de semana.
Sábado: Amanecer soleado y actividades al aire libre
El sábado amaneció con un sol brillante. Después de un café al aire libre en la terraza de la cabaña, decidimos explorar los alrededores. Zipacón ofrece un clima templado ideal para actividades al aire libre. Caminamos por los senderos cercanos, entre praderas y bosques, disfrutando del canto de los pájaros y la frescura del aire matutino.
Después de una mañana activa, regresamos a la cabaña para preparar el almuerzo. La zona BBQ de Hacienda Nebraska es el lugar perfecto para reunirse en grupo. Preparamos una parrillada con carnes y vegetales locales, acompañada de risas y anécdotas, todo bajo la sombra de los árboles, con una vista impresionante de las montañas.
Tarde en el ordeño: Conexión con la vida rural
Con el estómago lleno y el corazón contento, decidimos experimentar un poco de la vida rural. Nos dirigimos al área de ordeño de la finca. Ver y participar en el proceso de ordeñar una vaca fue una experiencia única, especialmente para aquellos de nosotros que nunca habíamos estado tan cerca de la vida de campo. Fue un momento de conexión con la naturaleza y con las tradiciones de la región.
Noche: Chimenea, juegos de mesa y vinos
Al caer la tarde, regresamos a la cabaña. El aire se tornó fresco, así que encendimos la chimenea para calentar el ambiente. La sala de la cabaña, con su decoración rústica y acogedora, nos invitó a relajarnos. Sacamos los juegos de mesa y abrimos unas botellas de vino que habíamos traído. Las horas pasaron rápidamente entre risas, competencia amistosa y una sensación de completa serenidad.
La noche avanzó, pero no queríamos que terminara. Nos sentamos alrededor de la chimenea, conversando y disfrutando del calor del fuego. Fue una de esas noches donde todo se siente perfecto, y uno se da cuenta de que no necesita mucho para ser feliz: buenos amigos, un lugar hermoso y momentos compartidos.
Domingo: Despedida de un rincón especial
El domingo por la mañana, con el corazón lleno de recuerdos, empacamos nuestras cosas y nos preparamos para regresar a Bogotá. La cabaña de Hacienda Nebraska nos había dado un respiro, un refugio donde desconectarnos de la rutina y reconectar con la naturaleza y entre nosotros. Mientras manejábamos de vuelta a la ciudad, ya estábamos planeando cuándo volveríamos.
Zipacón, con su encanto rural y su cercanía a Bogotá, se ha convertido en nuestro destino favorito para escapadas de fin de semana. Y Hacienda Nebraska, con su cabaña acogedora y su entorno natural, es sin duda el lugar donde queremos volver una y otra vez.
Si estás buscando un lugar donde relajarte, disfrutar de la naturaleza y crear recuerdos inolvidables con tus amigos, La cabaña de Hacienda Nebraska en Zipacón es la elección perfecta. ¡Nos vemos en el próximo viaje!